Desde 1994, cada 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer, fecha que fue elegida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Internacional de Alzheimer, para dar a conocer esta enfermedad y difundir información a los fines de generar conciencia social.
Según los datos estadísticos 47,5 millones de personas viven con demencia en el mundo y cada año se registran 7,7 millones de nuevos casos. (OMS 2016).
Las demencias son enfermedades del grupo «edad-dependientes“, la padece 1 de cada 5 personas de 65 años y 1 de cada 3 en mayores de 85 años. (Bagnati)
La OMS ha previsto que en el año 2050 se habrán triplicado el número de personas que padecen Alzheimer en todo el mundo, por ello es de suma importancia concienciar a la población acerca de esta enfermedad y fomentar el diagnóstico precoz para retardar su avance.
Las demencias constituyen un síndrome neuropsiquiátrico que consiste en el deterioro adquirido (es decir respecto de instancias previas) de la esfera cognitiva y alteraciones conductuales de tal magnitud que interfiere en las actividades de la vida diaria, en la esfera social, funcional y conductual. Su curso suele ser crónico, progresivo, responde a múltiples etiologías que tienen un impacto a nivel cerebral y se presenta una mayor prevalencia durante el envejecimiento.
La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de la demencia: representa el 60 o 70% de los casos. Es una enfermedad que conlleva la declinación de las habilidades cognitivas y la capacidad funcional, junto a la aparición de síntomas conductuales y psicológicos. Aunque ha sido considerada generalmente como un trastorno casi exclusivamente cognitivo, la mayoría de las personas que la padecen desarrollan síntomas neuropsiquiátricos en algún momento de su evolución. (ALMA).
Tanto la demencia, los trastornos cognitivos como la Enfermedad de Alzheimer son trastornos multifactoriales para los cuales resulta necesario un abordaje interdisciplinario. El mayor desafío actual es mantener una actitud basada en la prevención, que permita intervenir desde los estadios más tempranos, disminuyendo la carga de la enfermedad.
En este sentido, en los entornos residenciales, se han puesto en marcha diferentes estrategias de intervención basadas en los principios de la Atención Centrada en la Persona, personalización de los entornos, actividades significativas, biografía, personal de referencia, entre otras. Anteriormente a atención prestada en los servicios gerontológicos se apoyaba en el modelo biomédico, que enfocaba los cuidados en los déficits y la enfermedad y se llevaban a cabo desde una organización rígida y poco flexible. Hoy día, desde el Modelo de atención centrado en la persona se otorga un papel protagonista y activo a la persona receptora de los cuidados, desde el respeto a su autonomía y el reconocimiento de su singularidad.
Los resultados del abordaje desde este modelo evidencian que mejora la calidad de vida, disminuye el malestar emocional, la agitación y las alteraciones del comportamiento y favorece la implicación de la persona en el entorno.
Lxs cuidadorxs familiares y formales desempeñan un papel fundamental en la asistencia para el desempeño de las actividades de la vida diaria de las personas con Alzheimer y para optimizar su calidad de vida. Es por ello que desde Surcos Asociación Civil implementamos un curso de capacitación dirigido al personal y equipos de salud de residencias de larga estadía de diferentes Municipios a los fines que adquieran herramientas para el desarrollo de estrategias de abordaje en la asistencia a personas mayores con demencia que estén centrados en las personas.
Algunas de las pautas transmitidas al personal asistencial y de salud de las residencias estuvieron vinculadas a:
- Partir del conocimiento y acercamiento a la biografía/historia de vida de la persona, a sus valores y preferencias
- Identificar las capacidades preservadas y proveer apoyos para permitir que la persona pueda seguir gestionando su vida cotidiana.
- Comprender y abordar los cambios conductuales como expresiones que responden a necesidades no cubiertas.
- Entrenar la comunicación verbal y no verbal
- Flexibilizar la atención según necesidades individuales y adaptándolo los cuidados en el día a día
- Permitir que la persona perciba control sobre su entorno cotidiano
- Apoyar la autodeterminación de quienes tienen una demencia avanzada, a través de su ejercicio indirecto, es decir representándola y decidiendo según sus valores de vida y preferencias actuales
En definitiva, los modelos centrados en la persona sitúan en el centro de la intervención a la persona frente a la primacía de otros intereses, relacionados con la propia organización o con los profesionales que vienen desplazando a un segundo término a las personas usuarias. La ACP apuesta porque éstas sean su eje vertebrador y su fin. El centro de la atención es la persona usuaria, su dignidad, su bienestar, sus decisiones y el ejercicio de sus derechos.
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Por: Alejandra Vazquez
Licenciada en Psicología, especialista en violencia.