El desgaste laboral, conocido comúnmente como «burnout», es un fenómeno creciente que afecta a diversos sectores, pero su impacto es especialmente notorio en equipos que trabajan con problemáticas sociales complejas, como la atención a las violencias basadas en género, la pobreza extrema y el acompañamiento a comunidades vulnerables. En Argentina, una reciente encuesta del Ministerio de Trabajo indica que aproximadamente el 58% de las personas trabajadoras en el ámbito social reportan síntomas de agotamiento emocional, lo que resalta la urgente necesidad de implementar estrategias efectivas para prevenir esta situación.
El trabajo en contextos sociales implica una constante exposición al sufrimiento y el desamparo, lo que puede generar un gran peso emocional. Sin embargo, el desgaste laboral no es únicamente consecuencia de la temáticas complejas que se enfrentan en el día a día, sino que también está influenciado por factores institucionales, condiciones salariales insuficientes y la falta de recursos humanos adecuados. Estos factores estructurales pueden agravar la situación de quienes se dedican a estas intervenciones.
Una de las estrategias más efectivas para mitigar el desgaste laboral es la promoción de un ethos de cuidado dentro de las organizaciones. Este concepto implica valorar el bienestar de todas las personas que conforman el equipo, promoviendo prácticas que incluyan el cuidado y la contención mutua. Desde Surcos Asociación Civil, hemos desarrollado una línea de intervención llamada Fortalecimiento de las Prácticas Laborales, a través de la cual trabajamos desde hace más de 10 años con distintos equipos sobre esta temática, enfocándonos en crear espacios donde cada integrante se sienta escuchado/a y acompañado/a.
Fomentar espacios de diálogo y reflexión colectiva es un paso crucial en la construcción de entornos laborales saludables. Estos espacios permiten que las y los profesionales compartan sus experiencias, se escuchen mutuamente y busquen soluciones conjuntas a los desafíos que enfrentan. La creación de un entorno de apoyo interno no solo reduce el desgaste emocional, sino que también posibilita un ambiente donde cada persona se siente parte integral del equipo.
Además, la formación continua en áreas como manejo de habilidades emocionales es fundamental. Estas capacitaciones no solo enriquecen el desarrollo personal y profesional, sino que también fomentan un sentido de comunidad y colaboración. Integrar estas formaciones como un pilar del trabajo en equipo ayuda a construir relaciones más fuertes.
Es importante subrayar que la prevención del desgaste laboral se configura como una responsabilidad compartida dentro de las organizaciones. La promoción de una cultura del cuidado implica a las entidades en su deber de ofrecer las herramientas y el soporte necesarios para lograr un equilibrio saludable en el trabajo.
En conclusión, prevenir el desgaste laboral en equipos que abordan problemáticas sociales complejas en Argentina es esencial para garantizar un entorno de trabajo auténticamente inclusivo. Fomentar un ethos de cuidado, facilitar la instauración de espacios de reflexión y ofrecer capacitación continua son estrategias que, como demuestra la experiencia de Surcos Asociación Civil, contribuyen a construir un ámbito laboral más solidario y participativo.
El bienestar de quienes trabajan en el ámbito social es una cuestión fundamental, que trasciende lo individual y se convierte en un pilar para la construcción de una sociedad más equitativa y justa.
Por: Silvana Garbi
Licenciada y profesora en Sociología, especialista en gestión y planificación de políticas sociales